EL BULLYING

EL BULLYING: «El Enemigo Silencioso».

 

La sociedad ha enfrentado a lo largo de los años el fenómeno de la violencia,  los primeros años de la humanidad el afán de supervivencia generó que los más fuertes influyan sobre los más débiles; dicha realidad de la sociedad primitiva, se vuelve difusa en las sociedades modernas,  donde los niveles de civilización se transforman en reguladores que logran limitar el instinto de la violencia.

Sin embargo  la evolución del comportamiento individual y colectivo de los ciudadanos, no sé encarrila en los principios de convivencia equilibrada entre los seres humanos pues la multiplicidad de interacciones sociales, al igual que la exposición a nuevos modelos conductuales, ocasionan distorsión de la personalidad de adultos y en especial en adolescentes y niños, los mismos que se vuelven vulnerables, pues asumen del entorno familiar, escolar, comunitario y comunicacional mensajes que pueden orientar a una nueva forma de pensar y actuar en la que la violencia se vuelve la mejor forma de interrelacionarse con el mundo que les rodea.

Surge así el concepto de “Bullying” palabra de ascendencia holandesa que significa acoso que a pesar de ser común en los entornos educativos, fue investigada como tendencia social en Noruega por Dan Olweus, quien concluyó en su trabajo, en la necesidad de realizar planes de acción para enfrentar la problemática existente que empezaba a crecer de manera alarmante.

Hoy en día al hablar de Bullying no es tema ajeno al entorno educativo ecuatoriano, pues en forma preocupante, las acciones aisladas de acoso, han acrecentado su frecuencia, al igual que la rudeza con que se manifiesta; siendo visibles casos alarmantes de persecución y agresiones que se están detectando en algunos centros educativos; además el Bullying no es exclusivo de una localidad, grupo o estrato social, por el contrario puede presentarse en cualquier lugar en el que existan las condiciones propicias para desarrollarse.

El primer paso para enfrentar esta problemática es entender que el Bullying existe y es una realidad latente en nuestra sociedad, lo siguiente es identificar qué tan cerca está de nuestra cotidianidad; si se logrará encontrar algún tipo de indicio de la existencia de acoso, se tendrá que determinar sus características, alcances y niveles de atención que requiere.

No obstante este problema psicosocial repercute en los jóvenes y niños, ya sea ocupen el rol de agresor o agredido, y puede traer consecuencias que va desde la influencia en la estructura mental del ser, que provoca en el corto o largo plazo, personalidades agresivas, frustraciones, resentimientos, impulsividad e inclusive puede generar casos críticos que involucran disminución de la autoestima, lesiones, suicidio, asesinatos individuales y colectivos, con las colaterales consecuencias de acciones penales y destrucción de los proyectos de vida de uno o varios actores.

Ante esta amenaza latente, cada familia debe abordar el tema con un análisis consciente en su entorno familiar, asegurándose que los niños y jóvenes conozcan las características del problema, aprendan a identificarlo y puedan comprender si están involucrados en cualquiera de sus manifestaciones sea como agresor o agredido; lo que permitirá facilitar el reconocimiento de los indicadores críticos del problema, para de esta forma  continuar con el siguiente paso que es el brindarles toda la información para que sepan a quién acudir y cómo hacerlo sin riesgos, porque es un tema que dependiendo de la complejidad del caso, quizás llegue a requerir la ayuda de personal especializado.

En algunos casos se llega a presentar el caso de llegar a requerir de la  intervención policial, para ello cada policía debe conocer cuál es el rol para enfrentar esta nueva modalidad, es muy importante brindar el soporte básico requerido y canalizar adecuadamente el grupo especializado de intervención, de acuerdo al caso específico.

Finalmente, todos debemos esforzarnos para construir una convivencia armónica, y para ello es fundamental generar una cultura social que rechace el acoso de cualquier tipo; nuestra contribución como padres, y ciudadanos será participar permanentemente en la formación de los jóvenes, especialmente para interiorizar los  valores que confluyen en la madurez psicológica y social donde prime el respeto, la armonía y la tolerancia, alcanzando así una mejor y más segura sociedad para vivir.